EPÍLOGO

De mi poemario WWW.interhomo.2

Ni comienzo                         ni final.

Ni arriba                    ni abajo.

Ni dentro                   ni fuera.

Las claves estrictas del acontecer humano

Ni antes         ni después,

Puedes deambular, sin embargo,

en la eternidad ilusoria

dentro de ti mismo;

puedes vagar sin límite

en la constante metáfora

que un día y otro día y otro día,

donde no importan los días

ni los nombres.

Ese espacio sin lugar ninguno…,

o el tiempo sin retorno.

No imaginaron los dioses semejante excusa,

sin vacío, sin piedad;

sin destino:

aquel fuego nos devora ahora.

Habíamos pensado que los mundos posibles

en la ficción amanecían y se ocultaban:

escribíamos, pintábamos,

sacábamos de la piedra hombres sólidos

aun sin aliento,

en la oscuridad de una sala, solidarios,

nos dejábamos engañar

por hermosos rostros que parecen

moverse a su antojo, aunque es mentira.

Incluso consentíamos que en el escenario

nos apasionaran los gemidos de Edipo,

ciego de ojos, ciego de mente,

ciego de destino,

hasta la claridad de su derrota.

Sin embargo…

Un día, otro día, otro día,

y otro día

el constante quehacer humano

alumbró de sí

la intensidad de lo que nunca será del todo

más que nosotros mismos.

Un paso más de nuestra conciencia

hacia ninguna meta

salvo ser humanos,

más humanos,

estrictamente humanos.

Ser lo que no somos.

Flor del futuro florecida

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