De mi poemario WWWinterhomo.2, Bubok. Descarga gratuita
Viejo amigo…,
en las suaves laderas del Licabeto,
por entre los muros de la Academia
o en la discusión en el foro con aquellos
que tu palabra de futuro escuchaban,
imaginabas la novedad de ahora
sin decirla con las palabras de ahora,
pero enseñabas que lo que aparece no es,
y lo que es radica más allá,
en la luminosidad incandescente de la memoria.
Imaginaste que la realidad
se ocultaba tras sí misma
especularmente bella.
Allí el sol resplandecía más aún, simiente de lo divino.
También a unos hombres clausurados en sí mismos
imaginaste cargados de cadenas,
y a otros deslumbrados por luz fulgurante de lo cierto.
Viste el mundo intenso que flota
más allá del abismo del sentido
en la perfecta quietud
de lo que siempre persiste constantemente idéntico.
Casi estabas aquí.